Montañismo en Catamarca – Nevado del Incahuasi

Trekking en Catamarca

El Nevado del Incahuasi una de las cumbres más altas de América (6621 msnm). Una expedición llena de emociones y aventura en Catamarca, Argentina.

Cumbre Nevado del Incahuasi

Por: Ignacio «Nacho» Blas – Fotos: AGRUPACION DE MONTAÑA CALCHAQUÍ para Mundotrekking.com

El campamento

Acampamos en el campamento Las Grutas, permanecimos varios días en este lugar con la intención de aclimatar y realizar distintos ascensos, como ser el volcán Bertrand (5300 msnm) Luego ascendimos el volcán San Francisco (6030msnm) . Así pasaron diez días desde que habíamos llegado a este hermoso lugar, estábamos muy bien aclimatados, creíamos no haber perdido las fuerzas y el objetivo que buscábamos estaba cada vez más cerca: conquistar la cumbre del Inca Huasi a 6683 msnm.

El equipo

Nevado del Incahuasi

El líder del grupo, Martín, era el que tenía más experiencia y quien por sus condiciones, personalidad y conocimiento reunía todo para serlo.
Y así fue que luego de una charla partimos a las 8:30 de una mañana fría, el clima no era el óptimo, nos sentíamos muy fuertes y tan gigantes por dentro como todos los volcanes que nos rodeaban cubiertos de nieve. Éramos seis personas con una misma ilusión: Matías “Mati” Vivanco 24 años y Andrés “Chapa” Chiapini 24 años, quienes compartían una carpa, Noelia “La Flaca” Miranda 27 años y Martín “Tincho” Barros 28 años, quienes iban a compartir otra, Walter “Chato” Vilte 32 años y yo Ignacio “Nacho” Blas 24 años, en otra. Por otro lado Christian Borgogno amablemente se ofreció a quedarse en las grutas para hacer el apoyo por radio, fue muy importante para nosotros tener un lazo directo con el campamento por cualquier inconveniente. Las comunicaciones las hacíamos cada dos horas y media y siempre teniendo la precaución de que exista contacto visual.

Nevado del Incahuasi

La expedición

Dia 1

Tormenta Nevado del Incahuasi

Desde Las Grutas pudimos aproximarnos con los vehículos hasta una altura de 4572 msnm. donde los dejamos. Nos equipamos bien, cargamos nuestras mochilas y empezamos a caminar. Eran cerca de las doce del medio día, había un sol radiante, una leve brisa y el Inca estaba todo nevado, era nuestro primer contacto con este gigante, ya empezábamos a acariciarlo con nuestras botas. La meta para ese día era llegar a instalar el campamento N° 1 cerca de los 5200 msnm, detrás de los negritos (volcanes adventicios al pie del Inca). La caminata fue intensa, la nieve nos rodeaba por completo, avanzábamos con un buen ritmo, parábamos lo necesario y luego de 4 horas de caminata, y después de haber pasado por encima de una grieta no muy profunda por la cual bajaba agua de deshielo, llegamos al lugar donde decidimos instalar el campamento N° 1, eran las 15:00 hs, cavamos plataformas con las piquetas, estábamos a una altura de 5180 msnm, habíamos hecho un buen desnivel y estábamos conformes ya que el objetivo del día estaba cumplido. A las cinco de la tarde y ya estábamos todos en las carpas, pues las nubes cubrían el cielo y una tormenta se aproximaba, nos hidratamos bien, nos comunicamos con Christian (que hacía base en Las Grutas) y nos metimos en las bolsas de dormir. Enseguida el viento comenzó a soplar cada vez más fuerte, se hicieron las 20:00hs y la tormenta se desato con toda su furia, luego cayó granizo y después nieve. Duró 4 hs

Nevado del Incahuasi

Día 2

Nevado del Incahuasi

Nos levantamos cerca de las ocho con un día hermoso, un sol intenso, todo cubierto por un manto de nieve de unos 10 cm de espesor, desarmamos el campamento y cerca de las 10:00 hs. ya estábamos caminando, el objetivo del día era llegar hasta el portezuelo entre el Inca Chico y el Inca.
Luego de avanzar una hora nos encontramos con otra grieta que transportaba una buena cantidad de agua, por lo que tuvimos que tomar todas las precauciones de seguridad para superarla. Y así fue que encaramos una pendiente con un desnivel importante, la cual nos obligó a mermar el ritmo y a parar más seguido.
La pendiente cada vez se hacía sentir más, estábamos a una altura de 5600 msnm. Cuando uno de mis compañeros se percata de un leve hilo de agua que corría por debajo de la nieve, así que lo aprovechamos para llenar nuestras cantimploras, nos hidratamos y cerca de las 14:40 hs. ya estábamos en el portezuelo a una altura de 5692 msnm., cavamos las plataformas, instalamos las carpas, nos calentamos con un rico té y esperamos la noche. Esa noche con mi compañero de carpa preparamos unos espectaculares fideos con queso rallado. Al día siguiente intentaríamos llegar a cumbre. Al igual que la noche anterior la tormenta comenzó cerca de las 20:00 hs. con la misma intensidad pero duró un poco menos. El objetivo para el día siguiente era llegar al Plateau Cimero y nos teníamos que levantar temprano así que había que descansar.

Día 3

Nos levantamos a las 3:10 hs. de la madrugada, era una noche muy fría y oscura, el día anterior habíamos estado mirando desde las carpas el lugar por donde subir, uno de mis compañeros había tomado un rumbo con la brújula para tratar de no desviarnos en plena noche, teníamos que tomar todas las precauciones, íbamos a intentar ascender unas de las cumbres más altas de América y conscientes de ello no queríamos cometer errores. La temperatura era de –7° C pero la sensación era de -15° C, el frió se hacía sentir, nos abrigamos bien con las camperas de pluma y cubrimos bien nuestras manos con tres pares de guantes.
El acarreo que elegimos para llegar al Plateau Cimero tenía una pendiente importante de 55°, en cada paso sentíamos la falta de oxígeno, el ascenso era muy duro y lento, el frió, el viento, la altura, todo junto lo hacía más difícil. Añorábamos que amanezca para sentir el calor del sol. Comenzó a aclarar y cuando pudimos mirar a nuestro alrededor tomamos conciencia donde estábamos, el precipicio que nos rodeaba era abrumador, estábamos rodeados de un hermoso paisaje.
Los reconfortantes rayos del sol comenzaron a hacerse sentir. Seguimos avanzando muy lentamente, pues un paso en falso podría ser trágico, es en estos momentos cuando uno tiene que sacar todo su poder mental para actuar de la mejor manera y equilibrar el cuerpo y la fuerza para seguir adelante. Así avanzamos hasta salir al Plateau Cimero, cerca de las 10:00 hs estábamos a una altura de 6200 msnm. Así cumplíamos el primer objetivo del día, el segundo era llegar a la cumbre y todavía nos faltaban algo más de 400 metros de desnivel por superar, pero nuestro estado anímico era el mejor, estábamos muy cansados pero eso no era un impedimento todos teníamos las condiciones de llegar, así que nos hidratamos comimos algo dulce, algunos se desabrigaron un poco y seguimos avanzando todos en fila india. No era la misma pendiente por la cual habíamos pasado para llegar al Plateau pero teníamos una dificultad muy grande, en cada paso que dábamos nuestros pies se hundían 30 cm en la nieve, esto nos produjo un desgaste físico grandísimo, para sobrellevarlo nos rotábamos la primera posición de la fila ya que el que va adelante lleva la de hacer el mayor esfuerzo.

Nevado del Incahuasi

La cumbre

Nevado del Incahuasi

Ya veíamos la cumbre, esto nos daba más fuerzas para seguir, sabíamos que lo estábamos logrando, éramos seis puntitos subiendo una de las montañas más imponentes que vieron mis ojos, seis insignificantes puntos que avanzábamos lentamente. Al lado de este gigante no éramos nada pero teníamos muchas ganas y mucha voluntad. En el momento en que más agotados estábamos Martín nos hizo formar una ronda y nos dijo unas palabras de aliento, en ese momento todos empezamos a alentarnos, fue muy emocionante, éramos un gran equipo, nos dimos fuerzas y nuestro estado anímico aumento. Caminamos sin parar y cada paso que dábamos sabíamos que estábamos más cerca de la cumbre, el dolor en mis pies lo había anulado con mi mente. Luego vimos brillar la punta de la cruz de cumbre y la adrenalina nos brotó por las venas, el cansancio se fue y llegamos a la cumbre del Inca Huasi todos juntos. Así surgió del alma el grito triunfador de CUMBREEE!!!!!!! Qué alegría. Que sensación tan hermosa, lo habíamos logrado. Nos abrazamos fuertemente, dejamos nuestras lágrimas en lo más alto y contemplamos el paisaje paradisíaco que nos rodeaba. Estábamos muy emocionados envueltos en una nube de sensaciones, tanto esfuerzo no había sido en vano, el GPS me marcaba 6630 msnm, el Inca nos había dejado subir gracias al respeto que le mostramos.

El descenso

Luego de las fotos, media hora más tarde, comenzamos el descenso. El viento comenzó a soplar más fuerte, la nieve comenzó a azotar nuestro rostros y el cielo se cubrió, el Inca nos estaba poniendo a prueba nuevamente. Veníamos muy cansados, el descenso era muy peligroso y teníamos que estar lo más consientes posibles de eso, al llegar al acarreo cerca de los 6200 msnm la neblina nos cubrió por completo; no podíamos ver por donde bajar, no veíamos nada. Tratamos de buscar un buen lugar para el descenso pero fue imposible, teníamos que descender por algún lado. La tormenta se aproximaba y Martín dijo como última alternativa que bajáramos por un glaciar que lo teníamos en frente. La pendiente era demasiada así que luego de una caída en la nieve me acomodé bien y quedé sentado, así comencé a deslizarme y cuando tomaba más velocidad frenaba con los pies y las manos y a veces con la piqueta, mis compañeros al verme se animaron y se largaron también. Estábamos bajando por un glaciar a 6000 msnm en culopatín! Así fue que descendimos 400 metros sentados, luego caminamos y atravesamos con mucho cuidado unas grietas. En todo momento fue de gran ayuda el GPS ya que estábamos envueltos en niebla. Al comenzar a caminar nuevamente y con nieve blanda en nuestro pies comenzamos a hundirnos hasta la cintura y así fuimos descendiendo hasta que se disipó un poco la niebla y logramos ver las carpas del campamento.
Llegamos muy cansados, eran las 20:00 hs., nos sacamos la ropa mojada nos abrigamos bien, tratamos de comer algo y nos hidratamos lo más que pudimos, luego nos acostamos a descansar y a charlar sobre lo que habíamos vivido.

Día 4

Nos levantamos no muy temprano y luego de desayunar desarmamos las carpas y comenzamos el descenso. Caminamos hasta los vehículos, acomodamos las cosas y descendimos a Las Grutas. Hicimos una picada y regresamos a las ciudad. En el viaje reflexionamos, veníamos muy contentos, atrás quedaron todas las especulaciones, todo ese misterio que aparecía cuando empezamos a planificar el ascenso a este majestuoso seismil, así finalizaba nuestra historia, el dolor quedo atrás, el cansancio quedo atrás, el sudor quedo atrás, pero lo que nunca se borrara de nuestras mentes son los momentos vividos en aquella mágica expedición.

Excursión realizada por la Agrupación de Montaña Calchaquí

Agrupación de Montaña Calchaquí

Sugerencias

En Fiambalá, fuimos a las termas, (37 grados) un lugar mágico que surge de las entrañas de la montaña en medio de un desierto maravilloso, recomiendo que lo conozcan.

Indice de EXCURSIONES